Friday, September 5, 2008

Crisis

Todo viaje plantea situaciones difíciles. Puedes ser afortunado y salir airoso de aquellas que se presentan en tu camino, o puedes salir derrorado. En este caso, las consecuencias de la derrota pueden ser diversas y dependerán, no sólo de las circunstancias, sino de tu propio poder de recuperación. Pero salir airoso de momentos de crisis no sólo es cuestión de suerte, depende, en gran medida, en muchas ocasiones de uno mismo.

Nosotros parecíamos que ibamos de situación difícil, una tras otra, pero nuestra fuerza de voluntad y un poco de suerte nos permitía seguir adelante . La llegada a Kaza había resultado dura, al menos para mi. Llevabamos unos 4 días con apenas una comida al día. Estabamos cansados, con hambre, más mental que estomacal, y con las ideas poco cohesionadas de como debía ser el viaje, que aparecía, todavía tenía que empezar.

Con tales perspectivas, nos metimos en el primer hostal que miramos y procedimos a refrescarnos. Una duchita, ropa limpia y, como no, antes de todo, una pasada por el señor w.c. Pero las ganas de recuperarnos del viaje se contradecían con nuestras energías. Ibamos lentos, nuestros gestos no parecían responder a los deseos de la mente. Con tal proceder ibamos, a la vez, contemplando nuestras futuras posibilidades.

Todos nuestros planes de ver los valles de Spiti y Kinnaur e ir a Rishikesh, Haridwar y Varanasi se desmoronaban con cada idea que teníamos. Es más, por muy rápido que fueramos, parecía imposible acabar en Varanasi para el día 4, aún desestimando Rishikesh y Haridwar, y acabando destrozados del viaje.

¡Silencio!

Primero refrescarnos, y después construir las posibilidades.

Tic, tac, tic, tac...

Jordi listo, con la ¨Lonely¨en mano, se fue a la terraza mienrtas era mi turno del ritual en el lavabo. Al salir, uno todo relajado y reconstruido del viaje, me encuentro a un Jordi algo alterado. ¨¡Crisis, crisis!¨ Poco duro el efecto del agua caliente en mi destartalado cuerpo. No había manera posible de llegar a Varanasi el día 4 y ver algo de Spiti y Kinnaur. Ni desestimando Kinnaur parecíamos tener posibilidades.

El pánico iba subiendo por las paredes hasta el techo para caer sobre nosotros sin previo aviso. Pero he aquí la diferencia de los fuertes a los débiles. Los segundos hubieran dejado que el pánico, la desilusión y la rabia los rodeara y acompañara el resto del viaje. Nosotros estábamos hechos de otra calaña y salimos airosos con una idea triunfal.

En vez de pasarnos el día valle arriba, valle abajo, cansados, de bus en bus, casi sin dormir, columnas hechas añicos de socabón en socabón y sin pararnos a disfrutar de las vistas y los placeres de los lugares por donde pasábamos, decidimos pararnos en Kaza, hacer del pueblecito a 3.640m de altura nuestro campamento base y visitar los pueblos cercanos que tuvieran algún interes, como Tabo o Ki. Empapados de esa pequeña muestra del valle de Spiti, daríamos media vuelta hacia Manali, desde donde cogeríamos un bus a Haridwar. Y esta vez, pasando una noche a orillas del lago Chandretal.

El nuevo plan nos animó. Volvimos al Tiorfan como medicación para nuestros estómagos, esta vez sin saltarnos ninguna dosis y vigilamos más nuestra alimentación. Los ánimos habían vuelto. Nuestras caras reflejaban alegría. Nuestros ojos brillaban con ilusión. El viaje estaba por comenzar.

1 comment:

Anonymous said...

Erik-Enrik!!!! guapo!!!!!!! tanta diarrea al final et quedaràs amb els ossos... nosaltres per aquí també n'hem tingut unes quantes, quan penses que ja estàs totalment immunitzat... toma regalo! jaj jajajja espero que acabeu tenint un molt bon viatge; nosaltres pirem d'aquí un mes i una setmana... comença el compte enrera... quina por!!!!
i tu què? et veurem algun cop més o haurem de venir-te a visitar?
petons guapo, cuida't!!!
marta